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Una elección en la que nadie se asume derrotado
El resultado de las primarias abiertas dio lugar a múltiples interpretaciones. Lo cierto es que todos se dicen ganadores. La historia, en todo caso, se terminará de escribir el 27 de septiembre
Damián Schwarzstein

Es raro. Una elección en la que prácticamente todos se dicen ganadores. Sin perdedores. Con interpretaciones de todo tipo, algunas claras, otras forzadas. Y con una historia que no terminó, pues hay que esperar a las elecciones generales del 27 de septiembre para saber cómo se reparten las once bancas en juego en el Concejo Municipal.

A esta última certeza se aferró, como si fuera un salvavidas discursivo, el Frente Progresista. En el búnker montado en el Hotel Ariston, el “ganamos” sonaba poco creíble. Las caras largas denotaban preocupación, por más que la primera candidata a concejala, Clara García, se empeñara en repetir que fue “lejos” la candidata más votada, que dentro de la interna del Frente obtuvo casi el 80 por ciento de los votos y que “esto no es una ley de lemas” en la que se suman luego todas las listas del PJ.

Es que la luz amarilla no es sólo por la importante diferencia a favor del PJ sumadas todas las listas, sino también por la buena elección del radicalismo encabezado por Jorge Boasso y Daniela León. Por eso, por más que los militantes intentaran reconfortarse con el argumento de que “en septiembre va a ser otra cosa” y se recordaran unos a otros cómo el comportamiento del electorado había cambiado entre la primaria de 2007 y la general que llevó a Hermes Binner a la Gobernación, puertas adentro, en el análisis de los resultados que realizaron el intendente Miguel Lifschitz con Clara García y Horacio Ghirardi hubo cierta decepción, sobre todo de la candidata.

Lifschitz, relataron fuentes cercanas al intendente, fue, de los tres, el que más desdramatizó la cuestión. Y ordenó apuntar ya los cañones a la general, que será, al fin de cuentas, la verdadera prueba de fuego de cara a un doble proyecto para 2011: conservar el poder en la ciudad e intentar dar el salto a la Gobernación.

Para éste último sueño surgió un competidor de peso dentro del Frente Progresista: Mario Barletta, el intendente de Santa Fe, amplio ganador en la ciudad capital. “Esto demuestra que el 28 de junio los radicales fueron para atrás”, refunfuñaban los socialistas en el Ariston.

Un día peronista

Más genuina parecía la alegría en otros dos búnkers: el de Héctor Cavallero, en el que el kirchnerismo parecía redimirse después de semanas complicadas en el orden nacional –"che, parece que viene Néstor", bromeó alguien con los primeros datos– ; y en el de Diego Giuliano, en el que el reutemismo estiraba la fiesta del 28 de junio.

El Tigre, el más votado dentro del PJ, estaba exhultante y pronosticaba el fin del ciclo socialista en la ciudad. “En los barrios los estamos duplicando”, afirmaba y decía no temer un cambio de tendencia en la general, porque es lo que escucha en la calle. “Ellos no escuchan, porque cuando uno sólo hace marketing no está con la gente”, criticó.

El ex intendente, que volverá al Concejo, el lugar desde el que lanzó una carrera política que supo de constantes sube y baja, siguió el escrutino en un local del Partido del Progreso Social que parecía en estado de ebullición, rodeado de un elenco de “notables” K encabezado por el diputado nacional Agustín Rossi y con la presencia de dos invitados especiales: el ex ministro de Gobierno Roberto Rosúa y el líder piquetero Emilio Pérsico.

“No lo puedo creer, no lo puedo creer”, decía a varias cuadras de allí, en la esquina de Pellegrini y Alem, Diego Giuliano. Hablaba de la buena cosecha electoral, que lo ponía segundo en la lista del PJ detrás de Cavallero, aunque también podía ajustarse a la sensación que le provocó saber de la visita de Pérsico a quienes son desde ahora sus compañeros de ruta.

La convivencia entre kirchneristas y reutemistas en una misma boleta -algo que "tanto negaron antes", se encargó de recordar Clara García- es todo un tema. “Es el producto del sistema electoral”, se atajó Giuliano, quien también tuvo un argumento para decirse ganador: “En la interna del PJ fui el más votado, porque Cavallero es un extra partidario”.

Preguntas que habrá que contestar desde ahora: ¿cuánta carne al asador va a poner el reutemismo en la campaña para las generales? Si Giuliano tiene su banca asegurada, ¿trabajará por un triunfo frente al socialismo que posicionaría a Héctor Cavallero como potencial candidato a intendente para 2011?

Esa duda no debe asaltar a Osvaldo Miatello, referente de un obeidismo que resultó golpeado, pero que igualmente quedó en un cuarto lugar en la lista que lo pone cerca de la reelección en el Concejo y que también se dijo ganador, pues después de todo ganó el PJ.

Radicales a las armas

Pero la euforia no era sólo peronista. La apuesta de Jorge Boasso y Daniela León de ir solos con la UCR rindió sus frutos. El mediático edil fue el tercer candidato más votado y quedó bien posicionado para septiembre.
La lectura que hacían en el comité departamental de Paraguay al 300, donde además de los dos concejales que van por la reelección se lo veía feliz a Juan Carlos Millett, es que esto demuestra que la UCR mejoró su imagen de cara al electorado y que hubo un castigo a la gestión de Lifschitz. Ese diagnóstico se reflejaba en los spots que preparan para la campaña que viene, con fuertes críticas al gobierno socialista.

Además, el contexto nacional ayuda: el radicalismo tiene una casi segura candidatura presidencial instalada, la del vicepresidente Julio Cobos, acaso el dirigente que más esté aprovechando el declive K.

En las usinas de la UCR este domingo a la noche ya empezaron las especulaciones: con Cobos a la cabeza de un proyecto nacional, ¿por qué hay que regalarle las candidaturas locales al socialismo? En ese marco podría inscribirse una postulación de Barletta a nivel provincial. Y Boasso, claro, está siempre listo en la ciudad.

Sí, fue rara esta elección. Parecía tan poco en juego... Pero los mensajes de las urnas siempre encierran complejidades.